La
posmodernidad es la nueva etapa de la anti-modernidad. Para la mayoría de
autores que abordan este tema como Ulrich Beck y Zygmunt Bauman entre otros
observan la posmodernidad desde un punto de vista “negativo”. Aun así, en este
escrito se abordará brevemente acerca la perspectiva “positiva” expuesta por
Michel Maffesoli quien postula que en el momento en que se dé el “fin de la
historia” (nominado por Hegel en 1806 como “el paso a una condición de
supervivencia biológica”) , como: “una sinergia de lo arcaico y del desarrollo
tecnológico”, es una vida salvaje cuyo hombre vive del instante, del “Carpe
diem”, sin posibilidades de una utopía. Al no pensar en un futuro ni en un
pasado y solo tener el presente como un “ahora”, Maffesoli resalta esa
serenidad del posmodernismo, “un destino que nos lleva a separar claramente
entre aquellas cosas que depende de nosotros y aquellas otras que no”.
Por
otra parte, Maffesoli que observa la razón desde una concepción reciovitalista,
viendo a la racionalidad como un pensamiento multiforme, es decir, en el que la
unión de lo inteligible y lo sensible sea un concepto plural de racionalidad. Así
pues, comprende que la racionalización característica de la Modernidad, dio paso al positivismo como un medio de
conocimiento que a su vez generó la reducción de “… las potencialidades y
de los procedimientos analógicos y metafóricos…”,
a lo que Maffesoli propone una “razón sensible”
que presenta una visión más ampliada de la racionalidad que no reductora
y es vitalista.
Otro
factor importante que se da en la posmodernidad es un progreso individualista y
no en conjunto. Sin embargo, Maffesoli para hacer un contraste entre la
modernidad y el posmodernismo recurre a los personajes de “Prometeo” y “Dionisio”,
en el que explica que Prometeo es el símbolo de la Modernidad progresista,
caracterizada por el ejercicio de control y dominación; en cambio Dionisio hace
referencia a al organización de las interacciones, a la sensación colectiva, a
esa transgresión de la normalidad social “típica de la posmodernidad”. Sin
embargo, en esta última parte Maffesoli recibe varias críticas acerca de su
concepción, puesto que su interpretación no tiene una “base consistente” en las
dimensiones económica-política.
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